VOTOS O CONTRATOS KARMICOS

Hay veces que nos preguntamos qué pasa en nuestras vidas, por qué hay trabas, obstáculos cuando todo marcha bien o por qué algo no marcha bien a nivel espiritual, laboral, familiar, económico, sentimental, etc.

En ocasiones las cosas que nos ocurren son las que nosotros mismos atraemos y creamos nuestra realidad de determinada forma (ya sea consciente o inconscientemente).

Pero otras veces esas trabas se deben a que hemos efectuado o sellado pactos, votos, contratos, juramentos en vidas pasadas. 

Estas acciones de vidas pasadas que afectan nuestro libre albedrío en esta vida se llaman votos o contratos kármicos.-

Son decretos de obediencia que hicimos en vidas pasadas. Sobre todo cuando entramos a formar parte de órdenes religiosas o iniciáticas o cuando, debido a experiencias traumáticas que vivimos, nos juramos “Nunca volveré a…” o “De ahora en adelante y por toda la eternidad…” y cosas por el estilo.

¿Por qué conviene revocarlos?

Porque algunos de ellos siguen actuando hasta el tiempo presente y nos obstaculizan la vida actual o nos impiden gozar de aquello a lo que prometimos renunciar. 

Por ejemplo, no te permites tener dinero si te tomaste muy en serio tus votos de pobreza en otra encarnación; o no acabas de disfrutar del sexo sin culpa con tu pareja por tus antiguos votos de castidad y celibato, o no consigues pareja en esta vida por un hecho traumático de una vida anterior tras el que juraste o elegiste no compartir tu vida con nadie, etc.

EJEMPLO DE VOTOS KARMICOS:

a) Votos de Pobreza

b) Votos de castidad

c) Votos de abnegación

d) Votos de celibato

e) Votos de silencio

f) Votos de sufrimiento

g) Votos de obediencia